Salí a ver si daba con alguna lubina de las buenas y así fue... Claaack!, tiro intuitivo, remate y arriba con ella.
El sorpresón grande lo tuve con este mero. El pobre estaba tiritando de frío y se vino para casa con papá. En pleno mes de marzo, con el agua a 11-12ºC, es lo último que me esperaba ver.