Esta buena dorada, que parecía que no quería entrar a mi reclamo, y el mero han arreglado una jornada en la que, por lo menos, hemos tenido sol y agua caliente...
Reconozco que me motiva mucho "vencer" a las doradas de cierto tamaño. Por su enorme desconfianza, son piezas que requieren de mucha delicadeza a la hora de afrontar el lance. Es una gozada conseguir ejemplares así...
No hay comentarios:
Publicar un comentario