Pues eso, estas han sido las últimas plateadas del año en una jornada en compañía de un buen amigo que sabe, mejor que yo, como dar con las entradas de pescado.
Tras los últimos temporales, ya tenía ganas de salir de nuevo a buscar a mis amigas plateadas y, quizás, alguna dorada.
El agua se ha aclarado y he podido pasar la mañana haciendo algunas esperas y acechos. Mucho pescadito pequeño revoloteando pero poco de lo que interesa.
Hay que superarse cada día... por eso, ahora, me dedico a inmovilizar a mis presas con tiros extremos en la cola... jajaja. Lo del tiro en la cabeza ya no se lleva...
Y para la cena, de manera improvisada, decidimos preparar unas sardinas a la brasa, con pan tostado con tomate y buen aceite de oliva vírgen. Estaban que no veas las plateadas... Vaya homenaje nos dimos y por poco dinero, la verdad. Que rico todo!!
Estas fueron las dos mejores piezas de una jornada en la que estuve pescando en bajos alejados de la costa y claros de arena salteados de alga, tratando de pescar relajado combinando esperas y acechos.
Lo último que me esperaba era encontrar un rodaballo en una zona no arenosa... Ha sido, sin duda, la grata sorpresa del día. El lance ha sido en una zona con variedad de algas y sobre los -14m.
Mañana pasaremos al difunto por la plancha acompañado de una ensalada y un buen albariño.
El resto de la pesca de hoy han sido tres lubinas, pero ninguna de un tamaño excepcional, y algunos sargos...
Las últimas e intensas lluvias nos han dejado el agua casi impracticable estos días, pero había que salir a intentarlo... en el argot de la pesca submarina decimos que el agua está "chocolate" cuando se pone muy muy turbia.
Agua muy turbia tras las últimas lluvias y algo de mar de fondo pero al final hemos dedidido salir a mojarnos un rato.
Era lo último que esperaba encontrarme en la costa del Maresme, cerca de Barcelona... Al verlo tan brillante creí que era una lubina y disparé desde lejos... Era un reo (trucha marina) de 2,5kg!!!! Tengo entendido que esta especie es autóctona del Cantábrico. Que quede claro, para evitar críticas, que en Cataluña, en contra de lo que ocurre en el norte, no está protegido ya que ni se considera su captura, según me han confirmado en el CSIC.
Salí a ver si daba con alguna lubina de las buenas y así fue... Claaack!, tiro intuitivo, remate y arriba con ella.
Día soleado, agua a 11-12ºC, mar en calma, madrugón y... vamos, empieza la búsqueda!... ni rastro de ellas, es como buscar una aguja en un pajar pero, al final, tras mucho insistir... ahí están!!.
Una de las lubinas ha dado 4.0kg en la báscula y la otra 3.2kg.
La inesperada dorada ha completado la jornada. Aunque el invierno tiene estas cosas, ya tengo ganas de que se vaya calentando el agua...
Mi padre no ha querido pasar frio y me ha dejado sólo ante el peligro, por lo que las fotos las he hecho como mejor he podido. Es lo que hay. Un abrazo.
